Con cada apagón, se me apaga la
mente un poco más,
la esperanza se vuelve inerte y lo simple de la electricidad
incoherente.
Poco a poco se fueron dando las
carencias,
de una en una no se hacía notoria la existencia, de la vida que se
venía con ínfulas de media.
Primero fue la inflación, luego
el internet, el tono de CANTV, la seguridad,
ya después el agua y en la
actualidad la luz, mañana solo lo sabe Jesús.
Como película de zombis, se ven
las calles del Zulia, con la gente caminando por caminar,
los ojos saltones sin
descansar, luchando por sobrevivir a esta crisis existencial.
Ya se nos olvidaron los
culpables, no tenemos fuerzas para hablar,
preferimos seguir caminando, antes
que reaccionar.
Los huesos vivientes anhelantes
de comida, siguen vestidos al trote de la desidia,
gente que antes hacía dieta
ahora suplica por alimentos, gente que se quejaba de su cuerpo ahora quisiera
relleno.
Si Dios permitió esto con el plan
de enseñarnos algo divino,
espero lo esté logrando en los corazones de los
peregrinos,
porque un puñado que parece grande está dudando de sus creencias, aunque esto Dios lo sabe.
La fe se esfuma cuando es más lo
que no se ve y son las noches obscuras las que reinan en los VENEZOLANOS de
a pie.
Soy cristiana de esas que lo han
sentido y visto que han creído y trabajado para Él y con todo y eso los
apagones han hecho estragos en mi grey.
Melancólicas palabras brotan de
mis labios, quiero romper con esto, quiero vencer el plan del diablo.
He abandonado mis conversaciones
con Dios, los apagones me desaniman,
pero de esto la historia me indica que
quedaran los malos recuerdos,
determinar en qué estado pasare mi tiempo, ese
será mi reto.
Permanecer en las circunstancias,
es nuestro GRAN RETO.
@milypernia